Artículo de opinión de Alfredo Izquierdo: “Un año de Meloni”

Giorgia Meloni

Artículo de opinión de Alfredo Izquierdo, socio fundador de FormaItalia abogados y economistas, en El Mundo Financiero.

Tras 12 meses de gobierno Meloni, el ejecutivo italiano ha destacado por focalizarse en la activación de una serie de reformas de tipo económico. Giancarlo Giorgetti, ministro de Economía, ha mantenido una línea de consenso con el resto de formaciones políticas, tratando de seguir al mismo tiempo el plan reformista de corte liberal. Los cuatro puntos cardinales de sus políticas han sido las mejoras salariales para los trabajadores, la mitigación de las consecuencias derivadas del aumento del coste de la energía, la puesta en marcha de políticas activas para luchar contra la desocupación y la venta de activos del Estado al sector privado. Para poder adoptar las medidas mencionadas y conseguir los recursos necesarios, Giorgetti inició por las disposiciones más impopulares y que eran la punta de diamante del antiguo ejecutivo del gobierno 5 Stelle: la abolición del derecho al salario por ciudadanía y la supresión del bonus a la construcción. A cambio de la supresión del salario mínimo, se han emanado decretos destinados a facilitar la inserción en el trabajo de personas en riesgo de exclusión a través de la formación y el aumento de los incentivos a la contratación para las empresas. Sin olvidar las numerosas ayudas directas otorgadas a las familias más desfavorecidas. Hay que destacar también la fuerte inversión realizada por el gobierno para sostener a las familias con ingresos medio-bajos disponiendo un techo máximo en el importe de las facturas de la energía.

Sin embargo, no todas las medidas han contado con la misma aceptación. Otras dos medidas provocaron la polémica de manera más transversal, incluso entre su propio partido. Dada la coyuntura económica se emanaron decretos para tasar el beneficio extra obtenido por las empresas energéticas por el aumento de las tarifas. En esa línea, lo mismo se hizo con los bancos. En esas dos cuestiones, habrá que reconocerle a Giorgetti su capacidad de mantener un relativo sosiego con las grandes empresas y bancos italianos a pesar de sus decretos. En cualquier caso, estas disposiciones serán revisadas a la baja dadas las dudas entre todos los partidos del arco parlamentario (incluso de la mayoría que forma gobierno) y dada la posibilidad de decretar la inconstitucionalidad de la norma.

A partir de verano, el ejecutivo se centró en medidas de tipo fiscal. Como principio se intenta facilitar la relación entre el ciudadano y la Administración al tiempo que se disminuye la presión fiscal. Para ello se ha pasado de cuatro a tres tramos en la cuota del IRPF. Además, se sigue manteniendo el objetivo tan deseado por el principal socio en materia económica, Forza Italia, de llegar a una flat tax para todos los italianos en materia del impuesto sobre las personas físicas. Por el momento, también se reduce la tasación sobre los bonus e ingresos extraordinarios a los trabajadores.

Salta a la luz que todas estas medidas en un país tradicionalmente con un alto déficit público, pueden ser problemáticas a nivel de obtener los recursos necesarios sin seguir aumentándolo. A eso hay que añadir la baja tasa de natalidad con la desviación que esto comporta en el actual sistema de pensiones, que es la próxima reforma que se quiere acometer. Este es el principal motivo por el que Italia ha solicitado revisar el pacto de estabilidad con la UE en el sentido de dejar fuera del cálculo de las inversiones el coste para sostener la guerra de Ucrania.

En definitiva y en gran parte, el gobierno Meloni ha ido implantando las medidas previstas pero con la suficiente cautela para no romper los equilibrios entre el propio gobierno y el resto de fuerzas políticas.

El Mundo Financiero