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Nuestro socio director, Alfredo Izquierdo, analiza la situación económica de Italia tras el nuevo gobierno y las señales que el ejecutivo de Meloni envía a sus socios europeos y a España.

En este sentido, Izquierdo destaca aspectos poco conocidos por los españoles que son ventajas de trabajar en Italia como por ejemplo el ámbito de la logística, ya que al estar situado el norte del país prácticamente en el centro de Europa, se convierte en un excelente punto de distribución.

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Antonio Tajani fue nombrado el pasado viernes ministro de Asuntos Exteriores y vicepresidente del Gobierno. Un viejo conocido de los españoles, un declarado amante de España que, solamente por recordar, ha recibido la Gran Cruz Real de la Orden del Mérito Civil en 2013, el Premio Carlos V o el Príncipe de Asturias por la Concordia como presidente del Parlamento Europeo en 2017. Algo más que una anécdota debería considerarse que en 2010, durante una intervención en la sede de las Naciones Unidas escogiese el español, renunciando al francés y al inglés, como idioma para exponer su discurso.

 

¿Pero cuál es el perfil político de este “filo” español? Una idea nos la da su mandato como Comisario de la UE para la Industria y el Emprendimiento. Entre 2010 y 2014 desarrolló aún más el programa Erasmus para el intercambio de estudiantes en la UE, creó medidas para fomentar el turismo con América Latina y consagró la Directiva 2011/7/UE que ha conseguido aumentar la seguridad jurídica en el intercambio comercial entre las empresas de la Unión en los últimos años. Su objetivo era que no hubiese más demoras en los pagos de las transacciones entre los sujetos de la UE y en buena medida ha surgido efecto a lo largo del último decenio.

Junto a Tajani, trabajará Giancarlo Giorgetti como ministro de Economía. Proviene del ala más moderada de la Lega, incluso a la cual se ha enfrentado en algunas ocasiones. Sin ir más lejos, fue la persona de confianza de Draghi en el último gobierno como ministro para el Desarrollo Económico.

Antonio Tajani conoce perfectamente las instituciones europeas y sus dinámicas. Será un baluarte en la defensa de los intereses económicos de los países del sur en Europa. Seguramente, va a hacer todo lo posible para que las relaciones entre España e Italia sean de una vez por todas el auténtico contrapeso a las políticas dominantes del eje franco-alemán. Nuestro país deberá estar a la altura. Una oportunidad de tener un escenario más positivo para la unión de los intereses entre España e Italia es difícil que vuelva a repetirse.

 

Por Alfredo Izquierdo, Socio-fundador de FormaItalia
Publicado en El Mundo Financiero

Nuestro socio fundador, Alfredo Izquierdo, participa en el programa económico de COPE, Duros a 4 Pesetas, para analizar las oportunidades que ofrece el mercado italiano para las empresas españolas y explicar los servicios que llevamos a cabo desde Formaitalia, facilitando la internacionalización de empresas.

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En política, algo considerado por los analistas típico de Italia es el enamorarse colectivamente de un líder. Lo hemos visto en el pasado inmediato en los últimos cinco años, donde los italianos votaron mayoritariamente dando su confianza a cosas tan distintas como el Movimento 5 Stelle, Matteo Renzi o a la Lega de Salvini. Como si en España en ese espacio de tiempo se hubiera dado mayoría a Vox, a Podemos y al Partido Socialista o al PP… Existe también en Italia la capacidad colectiva de cambiar la idolatría con facilidad y se calcula la duración del idilio en un año y medio aproximadamente. Otro fenómeno que destacaba hace pocas horas el sociólogo italiano Massimiliano Pananari, es que en las elecciones italianas se vive el fenómeno del “seguidismo”, algo que sucede con frecuencia en el ámbito mediterráneo. El voto indeciso acaba decantándose por el partido político que aparece como favorito en las encuestas. Probablemente también sea verdad que en una situación de crisis se tienda a radicalizar el voto. Seguro que encontraríamos más de esas tres explicaciones a la contundente victoria de Giorgia Meloni, la máxima representante de Fratelli d’Italia, el partido más a la derecha de todo el espectro político italiano.

“Es el tiempo de la responsabilidad si queremos hacer parte de la historia. Si nos llaman para formar gobierno, habrá que gobernar para todo el pueblo”. Son estas las primeras palabras de Giorgia Meloni. Solo dos frases y tanto significado. En primer lugar, llamada a la responsabilidad, en realidad para poder durar algo más en el poder que sus predecesores y que el enamoramiento tenga una traducción en términos políticos. El “si nos llaman” significa un respeto sin reparos a las instituciones, ya que tendrá que ser el Presidente de la República, Giorgio Matarella, quien la llame para formar gobierno tras analizar los resultados electorales. Por último, la referencia a “todo el pueblo” para exaltar la voluntad de moderarse una vez certificado su acceso a la Presidencia. La templanza y la ponderación será el estado anímico que guiará la política de Fratelli d’Italia. No podrá ser de otra manera porque además internamente tendrá que hacer las cuentas con los compañeros de coalición, la Lega de Salvini y la Forza Italia de Berlusconi. A pesar de la caída de la Lega y los discretos resultados de los berlusconianos, ambos se hacen imprescindibles para mantener la mayoría de la coalición y el abandono de uno de ellos llevaría al gobierno a la enésima caída. Los resultados negativos de los leguistas harán que en los próximos meses tengan que hacer un esfuerzo intrínseco para asimilar la derrota, por lo que en el corto plazo no deberían ser el enemigo en casa de Meloni. Más problemas en cambio le podría dar el partido de Silvio Berlusconi si no respeta las directrices económicas de la Unión Europea y no lleva a cabo alguna de las reformas propuestas por el expresidente. Sin duda, le pedirá que haga lo necesario para recibir los fondos europeos y que reduzca la presión fiscal, quizás empezando a través de medidas concretas y compartidas como aumentar el máximo de 60.000 a 100.000 € para el acceso de los autónomos al régimen fiscal agilizado o la bajada en algunos tramos del IRPF.

Alfredo Izquierdo, Socio Fundador de FormaItalia
Artículo publicado en El Economista